Acabo de terminar de leer El Relato de
Dorian Grey y la verdad es que me ha dejado un poco frío, quizá el
hecho de que sea una obra conocida haya levantado en mí expectativas
que luego no he visto cumplidas, pero el caso es que se me ha hecho
largo. Veamos el por qué.
El Retrato de Dorian Grey es una novela
publicada por Oscar Wilde en el año 1890, que finalmente se
convertiría en la única novela del autor, ya que estaba
especializado en obras de teatro y poesía. El argumento de la novela
es de sobra conocido, un joven de extremada belleza queda embelesado
al ver su imagen en un cuadro pintado por un artista amigo suyo,
temiendo que tal belleza pueda perderse Dorian desea mantenerse
siempre joven y que sea el cuadro el que envejezca y sufra los
embates de la vida, deseo que acaba convirtiéndose en realidad.
Con esta perspectiva y con la
calificación de terror gótico, yo me esperaba un Penny Dreadful
extendido al estilo Drácula, pero por desgracia me tuve que
conformar con un culebrón victoriano más propio de Jane Austen. Los
paseos de Dorian con su amigo Henry por los clubs y teatros de la
época se hacían eternísimos, el propio Henry era un personaje que,
si bien tenía algunos de los mejores diálogos de la novela, se
acababa haciendo pesado y repetitivo.
Por otra parte las damas de las que se
rodean te hacían perder el hilo de la historia ¿quién es toda esta
gente y que me aportan? Nada.
Pero no todo son cosas negativas. Los
elementos psicológicos que atormentan al propio Dorian están muy
bien presentados, lástima que aparezcan tan poco. El personaje de
Basil, el pintor, también me pareció muy interesante y veo
reminiscencias del propio Wilde en él y en su fijación hacia la
belleza del protagonista.
Por último tengo que mencionar el
final, sin spoilers obviamente. Me pareció demasiado repentino y
eché en falta algo más de preparación o de despedida hacia los
personajes, aunque agradezco que no se explicara el por qué del
envejecimiento del retrato, no todo tiene que tener un por qué.
Sé que es un libro que se escribió
hace un siglo pero también lo fue Drácula, y éste me encantó.
Quizá sean los antecedentes teatrales del autor los que me echan
para atrás o simplemente es que no tengo la cultura filosófica para
entender todos los elementos que Wilde otorga a su obra pero el caso
es que Dorian Grey y su retrato se quedan en el trastero de las
grandes decepciones de este año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario