Nota: Esta novela la leí en inglés, así que es posible que
alguno de los nombres o elementos que mencione estén en su idioma original.
Soy un hereje, lo confieso. Eso es así y no puedo negarlo.
Pero he comenzado mi expiación. Mi pecado: No haber leído nunca nada de Neil
Gaiman. Sin embargo, he vuelto al camino recto con la lectura de El Libro del
Cementerio y he de decir que me ha encantado. Pero no empecemos por el final.
El Libro del Cementerio es, como dije, una novela del autor
inglés Neil Gaiman, conocido por crear historias maravillosas (que aún no he
leído) como American Gods, Sandman o Stardust.
La novela nos sitúa en Inglaterra. En las primeras páginas
del libro somos testigos del asesinato de una familia aparentemente normal a
mano de un hombre misterioso, que nos presentan como “man Jack”. Sin embargo,
uno de los miembros de la familia consigue escapar; el más joven. Un bebé de
meses consigue salir de la casa a media noche y, jugando, se adentra en el
cementerio. Es allí donde un grupo de fantasmas lo oculta del asesino que sigue
su pista y, una vez puesto a salvo, acaban adoptándolo.
El crecimiento y aprendizaje del protagonista (Nobody/Nadie
Owens) es una delicia de leer y, conforme avanza la historia, iremos compartiendo la curiosidad y las frustraciones del pequeño, ya que tiene prohibido salir de los límites del
cementerio. Los fantasmas que lo habitan serán sus compañeros de juegos y sus maestros,
mientras que otros seres sobrenaturales se encargarán de proveer por él, como Silas
y la Srta. Lupescu, dos de los mejores personajes de la novela.
La base de la misma recuerda, a propósito, al Libro de la
Selva, ya que el propio Gaiman ha contado que se inspiró en las historias de Rudyard
Kipling para crearla. Sin embargo las similitudes terminan en la adopción del
niño abandonado, ya que el autor consigue crear un mundo completamente nuevo y
original, con algunos guiños a las historias tradicionales de terror gótico.
Cada capítulo es una pequeña fábula con las que aprenderemos
algo nuevo junto al protagonista, formando en su conjunto una historia muy bien
construida. La novela es muy fácil y entretenida de leer, por lo que la
recomiendo fervientemente a aquellos amantes del terror fantástico. No es que
sea una novela de terror propiamente dicha, pero de seguro te mantendrá pegado
a sus páginas de principio a fin.
Por cierto que existen numerosas versiones por ahí fuera. La mía es la que aparece al principio de esta reseña, con unas ilustraciones de Dave McKean, algo simples pero que van muy bien con el estilo de la novela y que me encantaron. Para los amantes del tebeo, también hay una versión en cómic, pero esa todavía no ha llegado a mis manos. Parece que todavía me falta para alcanzar la absolución.
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