Si eres un escritor de fantasía seguramente te encanta crear
mundos y sociedades inexistentes, ya sea basados en el mundo actual o
completamente nuevos. Nos guste o no, la religión es un elemento fundamental
dentro de las sociedades, ya sea como una iglesia con un dogma bien establecido
o como una serie de ideas o filosofías que conformen una creencia.
La religión ha estado presente desde que el ser humano
comenzó a razonar (me ha costado escribir esto). Era obvio, el ser humano se
preguntaba qué ocurría después de la muerte, quién había sido el primer humano
y qué eran todos esos fenómenos naturales que existían a su alrededor. Para dar
respuestas a estas incógnitas, numerosas creencias surgieron en distintos
puntos del planeta. Algunas desaparecieron y solo las conocemos a través de
cuentos y restos arqueológicos, pero otras han llegado casi intactas hasta
nuestros días.
Para ayudar a todos mis compañeros escritores de literatura
fantástica, he recopilado una serie de elementos que os ayudarán a crear una
religión fascinante para vuestra historia. Sin embargo, recordad que por muy
fascinante que sea el universo que hemos creado, al escribir un libro tenemos
que centrarnos en la historia, no en los componentes del mundo. Es una lección
que yo aprendí mientras revisaba Las Cinco Maldades, mi novela de fantasía
épica. En el primer borrador metí bastante historia y elementos culturales y
religiosos que creí que eran interesantes. Y lo eran, solo que no para la
historia. Recordad entonces, es muy divertido crear tu propio mundo, pero si no
aporta nada a la historia, hay que cortar.
Aclarado esto, solo me queda decir que dividiré esta sección
en varias partes, tratando diversos temas para crear tu religión dentro de tu
novela fantástica. No obstante, estos consejos pueden servir también para otros
géneros como el terror o la ciencia ficción.
Hoy, voy a hablar de los distintos tipos de religiones que
puedes crear para tu novela fantástica.
Politeísmo
El politeísmo es un tipo de religión muy utilizada en las
novelas de fantasía, especialmente en aquellas en las que se presentan
distintas culturas o países, ya que una religión politeísta aporta cierto nivel
de personalidad a cada pueblo.
Las religiones politeístas se caracterizan por la adoración
a distintos dioses, cada uno de ellos con su ámbito de control y en muchos
casos con distintas personalidades. Algunas de las religiones politeístas de la
antigüedad más conocidas son la griega, la egipcia y la nórdica, mientras que
en la actualidad podemos encontrar en el hinduismo la principal religión
politeísta.
En la fantasía es muy común encontrar religiones
politeístas. Un ejemplo podría ser la saga de los Reinos Olvidados que, aunque
está basada en el juego de rol Dungeons & Dragons, supusieron el primer
contacto con la fantasía épica de muchos lectores. Este es uno de los mejores
ejemplos de religiones politeístas, ya que nos presentan un gran número de
dioses que poseen influencia en distintos ámbitos de la sociedad y que además
suelen intervenir bastante en los asuntos de los mortales.
El tener religiones politeístas en tu novela también suele
dar pie a conflictos entre los distintos adoradores de cada uno de los dioses o
incluso de apariciones de las mismas deidades durante tu relato. En este último
caso los dioses suelen aparecer para ayudar o dificultar el camino del héroe,
dependiendo de la alineación del dios.
Monoteísmo
Las religiones monoteístas, al contrario que las
politeístas, adoran a un solo dios, siendo éste el centro del culto. El ejemplo
más claro en la historia lo tenemos dentro del cristianismo, con un único dios.
Si dentro del politeísmo cada dios tenía poder dentro de su ámbito de
influencia, en el monoteísmo el dios único suele ser todopoderoso y responsable
de la creación, la vida y la muerte.
Una de las características del monoteísmo que suelen dar más
trasfondo a este tipo de religiones, es la existencia de una deidad antagonista
al dios principal, ésta puede ser también un dios, una criatura maléfica (como
un dragón), o un demonio. El caso es que este antagonista representa todo lo
contrario al dios principal y suele ser fuente de desgracias y del mal.
En la fantasía podemos encontrar un ejemplo de religión
monoteísta en el culto a R'hllor, el Dios Rojo del fuego y la luz, en Canción
de Hielo y Fuego. No solo éste es el único dios de esta creencia, sino que
también tiene su antagonista en el Gran Otro, el dios del frío que traerá la
Gran Noche al mundo de los hombres. Puede haber discusión sobre si una religión
monoteísta puede tener a otro dios como antagonista. Centrándonos en el hecho
de que el culto es solo hacia uno de los dioses, considero este tipo de
creencias como monoteístas.
Dentro de un relato de fantasía, las creencias monoteístas
pueden aportar varios conflictos, pues suelen rechazar el culto a cualquier
otro dios (aunque esto no es exclusivo del monoteísmo) y mirarán con malos ojos
cualquier acto de blasfemia.
Chamanismo
Las religiones chamanistas se caracterizan por no adorar a
ningún dios, sino a los espíritus. Suelen estar lideradas por chamanes,
personas que tienen una serie de poderes gracias a su conexión con el mundo de
los espíritus y/o la naturaleza. Con estos poderes son capaces de conjurar
maldiciones, curar enfermedades o cualquier otra cosa que se le ocurra al
escritor.
El chamanismo era muy común en las culturas primitivas,
aunque todavía se pueden encontrar en determinadas culturas indígenas. Son
especialmente atractivas las historias de los chamanes de América del Norte y
Centroamérica, tanto entre los indios americanos como en la zona del Caribe,
donde el chamanismo se mezcla con santería.
Las religiones chamanistas son también bastantes comunes en
la fantasía, aunque suelen tener un rol secundario. Uno de los ejemplos más
claros de chamanismo se encuentra en la trilogía del Hijo del Soldado, de Robin
Hobb. De hecho, el primer libro de la trilogía se llama Shaman´s Crossing (Algo
así como Cruce del Chamán), por lo que podéis imaginar su importancia dentro
del libro.
Introducir el chamanismo es una divertida forma de alejarse
de la fantasía tradicional, normalmente enfocada en la Europa Medieval. Además,
la introducción de espíritus puede dar lugar a multitud de conflictos y
situaciones originales que pondrán a prueba a nuestro héroe.
Religiones enfocadas en una persona
Pueden existir religiones que adoren a una persona en
particular. Ya sea por reunir una serie de características o por herencia, se
considera a una persona como la encarnación de dios en la tierra o como
descendiente de una deidad, por lo que existe todo un culto alrededor de esa
persona. Tiene puntos en común con el monoteísmo, ya que solo aceptan una única
deidad aunque, frente al carácter divino del monoteísmo, en este caso el objeto
de adoración es un ser humano.
Se podría decir que el cristianismo adora a una persona
(Jesús de Nazaret), aunque como ejemplo del mundo real yo preferiría mencionar
al Dalai Lama, ya que es una figura más tangible. Un ser humano vivo en la
actualidad adorado por ser la encarnación de una figura histórica.
En la fantasía el primer ejemplo que me viene a la mente es
el de la serie Avatar, de Nickelodeon. En ella hay una persona, el Avatar,
encargada de mantener el equilibrio en el mundo mortal controlando los cuatro
elementos de la naturaleza. En la serie vemos que existen templos dedicados a
adorar la figura del Avatar e incluso en algunas zonas crean figuras a
semejanza de pasados avatares.
Obviamente este tipo de creencias puede también tener
consecuencias nefastas. Un buen ejemplo es el libro de la autora española
Virgina Pérez de la Puente: La Elegida de la Muerte, Öiyya. En esta novela, muy
recomendable por cierto, existe la figura de una deidad llamada Öiyya, adorada
por un culto ancestral y que resulta ser algo así como la encarnación de la
muerte, causándola allá por donde pasa. Esto causa numerosos problemas a la
protagonista que, sin comerlo ni beberlo, se convierte en la elegida de la
muerte.
Animismo
El animismo, o culto a los animales, tiene muchos puntos en
común con el chamanismo, ya que suele haber alguna persona o sacerdote en
comunión con los animales. De nuevo, es algo muy común en las culturas
precolombinas de Norteamérica y también podemos ver ciertos retazos del culto a
ciertos animales en China, India (donde las vacas son sagradas) y África.
Uno de los principales ejemplos que me vienen a la cabeza
dentro de la fantasía es la película de El Señor de las Bestias, donde el culto
a los animales no era tan directo, pero sí tenemos a una persona capaz de
comunicarse con los animales y con ciertos poderes especiales gracias a ello.
Religiones enfocadas en una idea
Determinadas religiones, o cultos, no adoran a ningún dios
particular, sino que más bien se guían por un principio o filosofía que es la que
rige el día a día de los individuos. Ejemplos de esto puedes ser el budismo el
confucionismo, aunque aquí comenzamos a rebasar la línea de la religión para
adentrarnos en la filosofía.
Sin duda, es un tema muy interesante para un libro, sobre
todo en aquellos casos en que esa idea o filosofía no tiene un trasfondo
positivo. Por ejemplo, un culto en el que se venera al más fuerte y todos
aquellos aspirantes a dioses deben matar al líder actual. No hay dioses, ni
cultos, es solo una idea que rige una sociedad.
Ateísmo
No puedo dejar pasar la oportunidad de hablar del ateísmo,
una opción igual de válida dentro de la fantasía. El ateísmo se caracteriza por
la no creencia en dioses y puede representarse en contraposición a creencias
religiosas o simplemente presentando el ateísmo como un hecho, sin necesidad de
argumentarlo. Es decir, se puede afirmar de forma contundente que no existe
ningún dios o se puede simplemente obviar la existencia de una religión.
Muchas historias de fantasía deciden pasar de largo de la
religión, quizá porque no les interese el tema religioso o porque no quieren
que sus personajes se rijan por creencias religiosas. Puede combinarse con las
creencias que se basan en una idea, pues el ateísmo lo que niega es la
existencia de un dios, aunque puede haber civilizaciones ateístas que sigan una
determinada ideología o creencia.
Algo común en las sociedades ateístas es el avance de la
razón y la tecnología, que en muchos casos suele ser la fuente de dicho
ateísmo, por lo que es un tema muy interesante que puedes explorar en tu novela
de fantasía. Un ejemplo de esto serían las novelas de Harry Potter, donde no
hay casi mención a la religión (creo que ninguna, corríjanme si me equivoco) y
el mundo ha sabido avanzar gracias al avance conjunto de tecnología y magia.
Finalmente, me gustaría aclarar que los ejemplos aquí
expuestos pueden combinarse para crear religiones totalmente nuevas y
originales, con muchos más matices. Por ejemplo, por si alguien se lo pregunta,
en mi novela Las Cinco Maldades elegí una religión que combina politeísmo con
animismo, con un avance muy presente del monoteísmo que intenta acabar con
otras formas de religión.
Sí Proserpina, me refiero a ti |
Y creo que con estos ejemplos puedo dar por terminada esta
primera parte sobre cómo construir religiones dentro de la literatura
fantástica. Como veis me he centrado solo en el pilar sobre el que se va a
centrar tu religión y las actitudes principales que sus seguidores tendrán. En
muchos de estos casos la personalidad de la sociedad que crees vendrá influenciada
por su religión o creencias, así que es importante tenerlo en cuenta. En el
siguiente artículo sobre religión entraré a detallar los distintos elementos
que tendrás que especificar para crear una religión original y completa.
Muchas gracias, la de animismo y las del chaman no se me habían pasado.
ResponderEliminarMe alegro que te haya sido de utilidad.
Eliminar¡Gracias por comentar! Un saludo
Me vienen muy buenas ideas, gracias.
ResponderEliminarGenial muchas gracias!
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