Reseña de La Caja de Bernit

Hoy os traigo una reseña especial. Especial porque me ha llevado de vuelta a mi juventud, a aquellos tiempos en los que me quedaba horas encerrado en mi cuarto leyendo historias fantásticas que me transportaban a otros mundos, soñando con vivir las mismas aventuras que sus protagonistas. Hoy os traigo La Caja de Bernit, de Pablo Ferradas.

Como siempre, comienzo con una pequeña sinopsis de la obra:

La Caja de Bernit nos sitúa en un mundo medieval y fantástico donde conocemos a los hermanos Hojaestrella, dos niños huérfanos que, como nosotros los lectores, buscan una historia que haga soñar a su corazón. Así, aprovechando la presencia de un juglar en su ciudad, le piden que les cuente una historia real, algo que hubiera pasado hace poco. El juglar acepta, contándoles una historia tan real, que los niños acabarían siendo parte de ella.

El libro comienza con esta historia que el juglar cuenta a los niños. Una historia donde se nos presenta a un variopinto grupo de personajes con una misión tan noble como es rescatar a una damisela en apuros o, por lo menos, en paradero desconocido. Entre ellos se encuentran Balpo, el sanador de la villa y enamorado de la susodicha damisela, los hermanos Verdín y Verderón Fundadededo, mitad humanos y mitad elfos, y Rayas, un ser de una raza que puede cambiar su aspecto de tigre para hacerse pasar por humano, aunque sin perder nunca sus características rayas.

Pero lo interesante de La Caja de Bernit comienza cuando los niños se separan del juglar, pensando que ya han escuchado el final de la historia. Poco después, comienzan a encontrarse con algunos de los personajes del cuento que acaban de escuchar y, casi sin quererlo, pasan a ser personajes que tienen mucho que decir en el devenir de la historia.

Tengo que decir que leer La Caja de Bernit me ha recordado algunos de los libros favoritos de mi juventud como La Historia Interminable o la saga de la Dragonlance. Además, la imaginación de esta obra queda patente al utilizar razas completamente originales como los tygeridos, a los que pertenece Rayas, y combinarlos con otras razas "de toda la vida", como elfos o duendes. 

De hecho, uno de los elementos que más me gustó fue la inclusión de gran cantidad de personajes, cada uno de ellos muy bien dibujado. Me encanta una historia coral, ya que cuando hay uno o dos protagonistas y la historia se centra en ellos me es muy fácil aburrirme, así que prefiero que haya variedad. Tampoco falta ese toque más oscuro representado por los villanos de la novela, de quienes no voy a hablar mucho para no spoilear nada, ya que su historia y su trasfondo es uno de los puntos fuertes del libro.

Algo que también tengo que señalar es que La Caja de Bernit es un libro de fantasía juvenil y, como tal, tanto su historia como su estructura están enfocados a un público joven, lo que hace que sea muy fácil y rápido de leer. Hablando de la estructura, una de las cosas que más me llamó la atención de la novela es que el título de cada capítulo es la misma frase con la que acaba el capítulo anterior, dando sensación de continuidad. Un minipunto a favor del autor, que tuvo que hilar bien para que cada capítulo estuviera relacionado con el anterior.

Como aspecto negativo solo puedo señalar la resolución final, no porque no me gustara, sino porque me pareció muy precipitada. El conflicto se lleva construyendo casi desde el principio, por lo que me hubiera gustado leer más sobre su desenlace, que podía haberse alargado un poco más sin hacerlo cansino, pero vamos, un pequeño detalle que no desmerece el conjunto final.

En resumen, La Caja de Bernit es un libro de fantasía juvenil muy fácil de leer, con una historia muy agradecida y con personajes carismáticos en los que seguirás pensando mucho después de haber cerrado el libro (o el Kindle en mi caso). A todo esto, todavía no os he hablado de lo que es una Caja de Bernit, que es lo que da título al libro, aunque supongo que si quieres saberlo lo mejor será leerlo.

Aquí os dejo el booktrailer, que podéis encontrarlo en el canal de YouTube del autor, también muy recomendable.